Feast of the Faithful Departed / Dia de los Muertos

La Fiesta de todos los fieles difuntos  ha sido elevada por el corazón de nuestro pueblo. La Fe cotidiana de nuestros pueblos ha ennoblecido a esta fiesta a el día de los muertos. En este día  dependiendo de nuestra localidad decoramos, comemos, cantamos y hasta jugamos en  las tumbas de familiares y amigos. De igual manera en algunos lugares santificamos el hogar con altares para esperar con un banquete a aquellos que ya entraron en el misterio de la muerte y la nueva vida. Y así con estos ritos culturales es como esperamos el  retorno al hogar y al corazón de los que partieron pero que aun no se han ido del todo. Esperamos su visita a este mismo corazón donde guardamos su luz y también su oscuridad, su sabiduría y sus heridas, su paz y su guerra que nos trajeron en vida, pues es en el hogar,  en este mismo lugar, donde  mi paz y mi guerra, mi luz y  mi oscuridad se encuentra con la de ellos. No hay dicotomía ni separación en el Día de los muertos con nuestros muertos. No solo son oscuridad, ni tampoco solo son luz, no solo son guerra sino también son paz y aquí es donde nos aferramos al amor radical de Jesucristo que nos regala su rostro bello y gentil para que a la hora de llegar al juicio ante el Padre todopoderoso, Él pueda ver lo hermoso que ve en su Hijito en nosotros también.

Elevemos nuestra oración en esta Fiesta del Día de los muertos, con la fuerza del Espíritu Santo que es el fuego del Amor que se nos reveló en Jesucristo quien toma a justos y culpables, a rectos y torcidos. 

Así nos atrevemos a pedir que, con la lección que nos ha dado la fe de  nuestro pueblo, que brille la luz eterna en nuestro hermano Caín y también en Abel.

Que brille la luz eterna  en nuestra hermana Sara y también en Agar, en nuestro hermano Ismael y también en Isaac. En Uriel y también en David.

Que brille la luz eterna en nuestro hermano Judas Iscariote y en aquel también fue conocido como Saulo.

Que brille la luz eterna en Ananías y Safira y también en Aquila y Priscila.

Que brille en san Ambrosio como también en Origenes.

Para que la luz eterna brille sobre Marcial Maciel y como también brilla en sus victimas.

Que la luz de Cristo brille el Cardenal Bernard Law  como brilla en San Juan Pablo II.

Que la Luz de Cristo, en esta Fiesta del Día de los Muertos, tome nuestra oscuridad para ser transformada y nuestra luz para ser elevada, pues esa es la promesa cumplida de Jesús, Nuestro Senor y Hermano quien conoció una tumba y fue resucitado. ¡En su nombre, amén!

 ++ English Translation

The Feast of all the faithful departed has been elevated by the hearts of our people. The daily Faith of our people has ennobled this festival to the Day of the Dead. On this day, depending on our location, we decorate, eat, sing and even play on the graves of family and friends. In the same way, in some places we sanctify the home with altars to wait with a banquet for those who have already entered into the mystery of death and new life. With these cultural rites we wait for their return to our homes and hearts of those who are gone but have not left completely. We wait for their visit to this same place where we keep their light and also their darkness, their wisdom and their wounds, their peace and the war that they brought to us during their life, We await for them at home in our hearts because it is in this same place where my peace and my war, my light and my darkness meets theirs. There is no dichotomy or separation on the Day of the Dead with our dead. They are not only darkness, nor are only light, they are not only war but they are also peace. Here we cling to the radical love of Jesus Christ who gives us his beautiful and gentle face so that when the Day of Judgment comes before the Almighty Father, He may see the same beauty He sees in His Little One in us too.

Let us raise our prayers on this Feast of the Day of the Dead, with the strength of the Holy Spirit, which is the fire of Love that was revealed to us in Jesus Christ who takes the righteous and the guilty, the upright and the crooked. And thus we dare to ask that, with the lesson that the faith of our people has given us, may eternal light shine in:

  our brother Cain and also in Abel.

May eternal light shine on our sister Sara and also on Hagar, on our brother Ishmael and also on Isaac. In Urias and also in David.

May eternal light shine on our brother Judas Iscariot and in he who was also known as Saul.

May eternal light shine on Ananias and Sapphira and also on Aquila and Priscilla.

May it shine in Saint Ambrose as well as in Origen.

So that the eternal light shines on Marcial Maciel and as it shines on his victims.

May the light of Christ shine on Cardinal Bernard Law as it shines on Saint John Paul II.

May the Light of Christ, on this Feast of the Day of the Dead, take our darkness to be transformed and our light to be elevated, for that is the fulfilled promise of Jesus, Our Lord and Brother, who knew a tomb and was resurrected. In His Name, we pray, amen!